La nueva trova cubana es una de las facetas y movimientos más interesantes de la música cubana que surgió alrededor de 1967 a 1968 después de la Revolución Cubana. La Nueva Trova fue un aspecto del «movimiento de la nueva canción» panlatinoamericana que tendía a utilizar letras que eran conscientemente literarias, formales y educadas. Otra influencia fue la del filín (sentimiento), un movimiento de canciones románticas de finales de la década de los cuarenta hasta principios de la de los sesenta. Pablo Milanés, por ejemplo, era cantante de filín.

Originalmente arraigado en la trova tradicional, que es un estilo de la música popular cubana del siglo XIX, este estilo musical fue creado por músicos viajeros conocidos como «trovadores». Trovadores viajó por Cuba y cantó canciones originales, que fueron escritas por contemporáneos. Los letristas también acompañarían a los músicos en la guitarra y pretendían presentar música que tenga un sentido poético.

Los trovadores cubanos, han jugado un papel importante en la evolución de la música popular cubana.

Más tarde, el movimiento Nueva Trova combinó la música folclórica tradicional con letras sobre el socialismo, la injusticia, el sexismo, el colonialismo, el racismo y temas «serios» similares.

Influencias y músicos populares:

La música de la Nueva Trova tuvo una gran influencia en la sociedad cubana. Esas canciones también tenían un aire romántico, por lo que surgió otro subgénero o movimiento a fines de la década de 1940 y principios de la de 1960. Pablo Milanés, uno de los cantantes pioneros del «movimiento Nueva Trova», fue filín o cantante romántico.

Silvio Rodríguez, Noel Nicola, Lázaro García y Augusto Blanca también fueron notables cantantes del movimiento entre otros. Silvio Rodríguez irrumpe directamente en la nueva estilística trovadoresca, incorporando nuevos signos y mensajes, tenidos hasta entonces como propios del discurso prosístico. 

En un informe publicado en el Washington Post, se ha referido a Milanés como el «Bob Dylan de Cuba».

Los creadores del movimiento combinaron rock británico, bossa nova brasileña, música pop española y algunos elementos del folclore latinoamericano en su música.

Casi al mismo tiempo, similar al surgimiento de la Nueva Trova, géneros musicales similares en todo el mundo estaban ganando popularidad como parte de un renacimiento de las raíces; estos implicaron la popularización de la música tradicional que se asociaron con letras sociopolíticas.

En ese momento, también ganaron fama los cantantes puertorriqueños Roy Brown, Andrés Jiménez, Antonio Cabán Vale y el grupo Haciendo Punto en Otro Son.

Características del movimiento

Aunque las «nuevas canciones» se inspiraron en artistas estadounidenses de protesta como Bob Dylan y Joan Baez, Nueva Trova criticó la política exterior de Estados Unidos y su agresión hacia los países latinoamericanos.

Por otro lado, The Beatles, la revivalista chilena Violeta Parra, el cantautor uruguayo Daniel Viglietti y el cantante protestante catalán Joan Manuel Serrat también influyeron en el movimiento y sus cantantes.

Cuando se produjo la caída de la Unión Soviética, Nueva Trova comenzó a desvanecerse. Las letras de esas canciones, que se habían sentido relevantes en las décadas de 1960 y 1970, se volvieron redundantes e irrelevantes. Sin embargo, el movimiento había vuelto a recordarle al mundo el profundo papel que la música puede desempeñar en el ámbito sociopolítico de cualquier país y en elevar su identidad a nuevas alturas frente al mundo.